¿Alguna vez has escuchada hablar de la parafina? Esta sustancia vasodilatadora es excelente para hidratar la piel, así como para quemar grasas y liberar toxinas cuando realizamos ejercicios. Su uso se ha extendido por mucho tiempo con resultados beneficiosos, aunque han sido muy poco publicitados.
La forma líquida de la parafina, vendida como crema, es utilizada en tratamientos reductores. En una rutina de ejercicios cardiovasculares en el gimnasio, la gente suele utilizarla untándose en la zona abdominal y masajeando un poco para obtener mejores resultados.
La parafina estimula la transpiración, por lo que ayuda a drenar las toxinas. Este tratamiento es ideal en caderas y piernas, lugares donde suelen acumularse más fácilmente las adiposidades, pero puede hacerse en todo el cuerpo (exceptuando el rostro).
¿Cómo funciona?
Cuando comienzas a hacer ejercicios, el cuerpo se calienta, ese calor unido al efecto vasodilatador de la parafina, hace que la piel transpire más de lo normal, logrando sudar y quemar calorías.
Es recomendable que luego del ejercicio y cuando la parafina aún se encuentra en nuestro cuerpo, nos bañemos con agua fría, debido a que así activamos el proceso de vasoconstrucción, lo que posibilita que la piel se hidrate.
Luego de la ducha, también es posible aplicar otras cremas reductoras para estimular aún más los resultados para quemar calorías o esa grasa demás que deseamos eliminar de nuestro cuerpo.
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